sábado, 12 de enero de 2008

Johnny cogió su fusil


Fragmento (I)

Dalton Trumbo (Estados Unidos, 1905-1976)

No hay nobleza alguna en la muerte. Ni siquiera cuando mueres por defender el honor. Ni aun cuando seas el gran héroe de la humanidad. Ni aun cuando seas tan grande que tu nombre nunca sea olvidado. ¿Y quién es tan grande?
Lo más importante es la vida, muchachos. Muertos no servís nada más que para los discursos. No os dejéis engañar más. No os deis por aludidos cuando os den palmadas en el hombro y os digan: vamos, tenemos que luchar por la libertad o cualquier otra palabra. Sencillamente decid: lo siento, señor, no tengo tiempo para morir, estoy muy ocupado y luego daos la vuelta y corred como alucinados.
Si os llaman cobardes, no prestéis atención porque vuestra tarea es vivir, no morir. Si hablan de morir por principios que son más grandes que la vida, decid: señor, usted es un mentiroso. No hay nada más grande que la vida. No hay nada noble en la muerte. ¿Qué tiene de noble estar tendido en la tierra, pudriéndose? ¿Qué tiene de noble no volver a ver la luz del sol? ¿Qué tiene de noble que te vuelen las piernas y los brazos? ¿Qué tiene de noble ser un idiota? ¿Qué tiene de noble quedarse ciego y sordo y mudo? ¿Qué tiene de noble estar muerto? Porque cuando usted está muerto, señor, todo ha terminado. Es el fin. Eres menos que un perro menos que una rata menos que una abeja o una hormiga que un pequeño gusano blanco que se arrastra sobre un montón de mierda. Usted está muerto, señor, y ha muerto por nada.
Está muerto señor.
Muerto.

jueves, 10 de enero de 2008

Françoise Hardy en francés

Ou Va La Chance (There But For Fortune} - Phil Ochs

Suzanne {in Frech}- Leonard Cohen

miércoles, 9 de enero de 2008

Relato de un bar en Buenos Aires



ESCENA PRIMERA

Llegué a de Mayo, y entré al café. Lo primero que me preguntó fue:–Ché, ¿y vos qué sos? ¿Un narrador criosho o un narrador andino?–¡Y qué se shó! Me llegan todas esas boludeces –fue lo que le respondí.Me había puesto un polo amarillo para que el maestro me pueda ver.–Ché, Jorge Luis –le dije–, ¿mejor no querés un trago?

martes, 8 de enero de 2008

De José Díaz a "El Mirador"

José L. Rénique
Fue más que nada un impulso. Días atrás habia visto los anuncios en un periódico local. Por primera vez en ocho años de vivir en los EEUU asistiría a la transmisión en directo de un partido de la selección peruana. El choque era con Argentina por la clasificación a Francia 98. Acaso fue el recuerdo de aquella jornada gloriosa contra la misma escuadra albiazul lo que me animó (cuando el golazo aquel de Perico León contra Cejas, luego de un pase interminable de Chumpi desde su propio campo, pegado a Oriente) o mi reencuentro con el fútbol como pasión colectiva tres semanas atrás en el Maracaná (cuando asistí al clásico carioca Flamengo-Fluminense). Lo cierto es que, venciendo una inercia terrible, acudí al restaurant argentino "El Mirador" en el 2341 de Kennedy Boulevard en Union City, New Jersey. Aquí una breve crónica de la jornada:

domingo, 6 de enero de 2008